Los defectos de refracción son aquellos en los que la imagen, que llega a la retina a través de la córnea y el cristalino, converge en un punto fuera de ella. En un ojo normal (emétrope), las imágenes que llegan a la retina enviadas por la córnea y el cristalino se enfocan directamente sobre ella (macula zona foveolar), obteniendo una visión perfecta del objeto en el que nos hemos fijado. Cuando esto no ocurre y la imagen converge en un punto situado fuera de la retina, estamos ante un defecto de refracción, que puede ser cualquiera de los siguientes:
El ojo perezoso (ambliopía) es la reducción de la visión en un ojo causada por un desarrollo visual anormal en los primeros años de vida. El ojo más débil o perezoso a menudo se mueve hacia adentro o hacia afuera.
La ambliopía suele desarrollarse desde el nacimiento hasta los 5 años de edad. Es la causa principal de la disminución de la visión entre los niños. En raras ocasiones, el ojo perezoso afecta a ambos ojos.
El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir problemas a largo plazo con la visión de tu hijo. El ojo con peor visión generalmente se puede corregir con anteojos o lentes de contacto, o con terapia de parcheo.
La blefaritis es la inflamación de los párpados. Normalmente afecta a ambos ojos a lo largo de los bordes de los párpados.
A menudo, aparece cuando se obstruyen las pequeñas glándulas sebáceas cerca de la base de las pestañas, lo cual causa irritación y enrojecimiento. Son varias las enfermedades y los trastornos que pueden provocar blefaritis.
En general, la blefaritis es un trastorno crónico que no es fácil de tratar. Puede ser incómoda y antiestética. Pero por lo general no provoca daños permanentes en la visión ni es contagiosa.
Cuando te sale un abultamiento algo enrojecido en el párpado es común que pienses que se trata de un orzuelo. Sin embargo, no siempre es así. Hay otra patología llamada chalazión muy parecida al orzuelo que precisa de otro tratamiento y no siempre resulta sencillo diferenciar.
La diferencia fundamental entre chalazión y orzuelo radica en que un orzuelo es un proceso infeccioso agudo, mientras que un chalazión es un proceso crónico no infeccioso, que produce inflamación del párpado. Es habitual que un orzuelo sea el causante del chalazión, aunque no siempre es así.
La conjuntivitis es una inflamación o una infección en la membrana transparente (conjuntiva) que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular. Cuando los pequeños vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman, se hacen más visibles. Esto es lo que hace que la parte blanca del ojo se torne rojiza o de color rosa.
La causa más frecuente de la conjuntivitis es una infección bacteriana o viral, una reacción alérgica o, en bebés, un conducto lagrimal parcialmente abierto.
Si bien la conjuntivitis puede ser molesta, rara vez afecta la visión. Los tratamientos pueden ayudar a aliviar las molestias de la conjuntivitis. Como la conjuntivitis puede ser contagiosa, su diagnóstico y su tratamiento tempranos limitan el contagio a otros.
El síndrome del ojo seco es causado por una falta crónica de suficiente lubricación y humectación sobre la superficie del ojo. Las consecuencias del ojo seco abarcan desde una irritación ocular leve pero constante a una inflamación significativa, e incluso la aparición de cicatrices en la superficie frontal del ojo.
El queratocono es una afección ocular progresiva por la que la córnea normalmente circular, se afina y comienza a abultarse adoptando una forma de cono. Esta forma de cono desvía la luz que ingresa en el ojo en su trayectoria hacia la retina, sensible a la luz, lo que ocasiona una distorsión en la visión.
El queratocono puede aparecer en uno o en ambos ojos y habitualmente comienza en la adolescencia o a principio de los veinte años.
Es un bloqueo parcial o completo en el conducto que transporta las lágrimas desde la superficie del ojo hasta la nariz.
El pterigion es un crecimiento anormal del color rojo y blanquinoso de la conjuntiva, que invade la córnea, de manera más habitual en el lado más cercano a la nariz, aunque también puede afectar al lado externo del ojo o a ambos ojos.
Es indoloro y los síntomas dependen de la magnitud de la lesión, por lo que cuanto más crecen, más molestias (como lagrimeo, enrojecimiento o sensación de cuerpo extraño) pueden provocar en la superficie del ojo. En los casos más graves, la visión puede correr peligro, ya que recubre una zona más amplia de la córnea y hacer que aparezca astigmatismo.
Una catarata es una opacidad de la transparencia normal del cristalino del ojo. En el caso de las personas que tienen cataratas, ver a través de cristalinos opacos es un poco como mirar a través de una ventana empañada o escarchada. La visión nublada consecuencia de las cataratas puede dificultar tareas como leer, conducir un auto (especialmente de noche) o ver la expresión del rostro de un amigo.
La mayoría de las cataratas se desarrollan lentamente y no alteran la vista en etapas tempranas. Sin embargo, con el tiempo, las cataratas terminarán interfiriendo en tu visión.
El glaucoma es un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, cuya salud es vital para tener una buena vista. Este daño a menudo se produce por una presión en el ojo más alta de lo normal.
El glaucoma es una de las principales causas de ceguera para las personas mayores de 60 años. Puede producirse a cualquier edad, pero es más común en adultos mayores.
La degeneración macular húmeda es una enfermedad ocular crónica que provoca visión borrosa o un punto o mancha ciego (escotomas) en el campo visual. Suele producirse por vasos sanguíneos anormales que tienen pérdida de líquido o sangre en la mácula. La mácula es la parte de la retina que se encarga de la visión central.
La degeneración macular húmeda es uno de los dos tipos de degeneración macular relacionada con la edad. El otro tipo, la degeneración macular seca, es más frecuente y menos grave. El tipo húmedo siempre comienza como el tipo seco.
La detección y el tratamiento a tiempo de la degeneración macular húmeda puede ayudar a reducir la pérdida de la vista y, en algunos casos, a recuperarla.
La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes que afecta los ojos. Es causada por el daño a los vasos sanguíneos que van al tejido sensible a la luz que se encuentra en el fondo del ojo (retina).
Al principio, la retinopatía diabética puede no tener síntomas o solo problemas leves de visión. A la larga, puede causar pérdida de la visión.
Cualquier persona con diabetes tipo 1 o tipo 2 puede padecer este trastorno. Cuanto más tiempo hayas tenido diabetes y cuanto menos te hayas controlado el azúcar en sangre, mayor la probabilidad de presentar esta complicación en los ojos.
La trombosis venosa retiniana es una enfermedad de la retina que se incluye dentro de los EVOR (Eventos Vasculares Oclusivos de la Retina) y que engloba tanto las oclusiones arteriales como venosas de la retina. Se producen por obstrucción de una vena, impidiéndose el paso de la sangre a través de ella. La oclusión venosa puede ser de vena central de la retina o bien de ramas de la vena central de la retina.